El Bidasoa es un río vasco-navarro que evoca el paso fronterizo de Irún hacia Francia. Precisamente su carácter de frontera, junto con su antigua línea de ferrocarril, constituyen sus peculiares señas de identidad.
La Vía Verde del Bidasoa recupera buen parte del trazado del Tren Txikito (Elizondo-Irún) y ofrece un recorrido inolvidable de 39 km por pueblos de gran belleza de Guipúzcoa y Navarra a orillas del Bidasoa.
“Navegar” junto al río Bidasoa siguiendo la plataforma de un antiguo tren que acercó Irún a los navarros es una experiencia que es más preciosa por transcurrir por una geografía intrincada y frondosa salpicada de pueblos con mucha personalidad y con una riqueza cultural y gastronómica realmente impresionante. Desde Elizondo hasta Irun por Doneztebe, Sunbilla, Lesaka y Bera.
El ferrocarril del Bidasoa, más conocido como “Tren Txikito”, nació en 1.898 como tren minero entre Irún y Endarlaza.
En sus inicios transportaba mayoritariamente minerales, aunque posteriormente las mercancías fueron muchas y variadas: madera, carbón, hierro, incluso ganado.
En 1.916 la línea se amplio hasta Elizondo y se abrió el servicio al público, convirtiéndose en un tren de pasajeros que unía Irún y Elizondo. Este acontecimiento supuso un gran cambio en la vida de los vecinos de la zona de “Baztán Bidasoa” por donde circulaba el tren. Pero como le ocurrió a otros trenes de la época sucumbió ante el empuje de los automóviles.
Otro recorrido alternativo al tráfico rodado. Otra oportunidad para peatones y ciclistas. Y además un corredor estratégico, difícil, que da acceso al mar siguiendo el cauce del río Bidasoa.
La ruta del Bidasoa está trazada dentro de uno de los ejes maestros de la red europea de vías cicloturistas.
Y no sólo al mar, el recorrido del Bidasoa es una de las puertas que dan acceso a Europa y que permiten a cicloturistas de todo el mundo adentrarse en el corazón de nuestro territorio de una manera segura y adecuada.